Tomás respondió: ¡Señor mío y Dios mío!
«¿Por qué buscan entre los muertos al que está vivo? No está aquí, ha resucitado.
Luego entró el otro discípulo, que había llegado antes al sepulcro: él también vio y creyó.
Todo se ha cumplido. E inclinado la cabeza, entregó el espíritu
Luego echó agua en un recipiente y empezó a lavar los pies a los discípulos y a secárselos con la toalla que tenía en la cintura.
«¡Bendito sea el Rey que viene en nombre del Señor! ¡Paz en el cielo y gloria en las alturas!»
El que no tenga pecado, que arroje la primera piedra
Comamos y festejemos, porque mi hijo estaba muerto y ha vuelto a la vida, estaba perdido y fue encontrado»
«Si ustedes no se convierten, todos acabarán de la misma manera».
Jesús tomó a Pedro, Juan y Santiago, y subió a la montaña para orar. Mientras oraba, su rostro cambió de aspecto y sus vestiduras se volvieron de una blancura deslumbrante. y dos hombres conversaban con él: eran Moisés y Elías, que aparecían revestidos de gloria y hablaban de la partida de Jesús, que iba a cumplirse en Jerusalén.