Dt 26,4-10. «Te postrarás en presencia del Señor, tu Dios»
Rm 10,8-13. «Nadie que cree en él quedará defraudado»
Lc 4,1-13. «No tentarás al Señor tu Dios»
Evangelio
Jesús, lleno del Espíritu Santo, regresó de las orillas del Jordán y fue conducido por el Espíritu al desierto, donde fue tentado por el demonio durante cuarenta días. No comió nada durante esos días, y al cabo de ellos tuvo hambre. El demonio le dijo entonces: «Si tú eres Hijo de Dios, manda a esta piedra que se convierta en pan«. Pero Jesús le respondió: «Dice la Escritura: El hombre no vive solamente de pan». Luego el demonio lo llevó a un lugar más alto, le mostró en un instante todos los reinos de la tierra y le dijo: «Te daré todo este poder y el esplendor de estos reinos, porque me han sido entregados, y yo los doy a quien quiero. Si tú te postras delante de mí, todo eso te pertenecerá». Pero Jesús le respondió: «Está escrito: Adorarás al Señor, tu Dios, y a él solo rendirás culto». Después el demonio lo condujo a Jerusalén, lo puso en la parte más alta del Templo y le dijo: «Si tú eres Hijo de Dios, tírate de aquí abajo, porque está escrito: Él dará órdenes a sus ángeles para que ellos te cuiden. Y también: Ellos te llevarán en sus manos para que tu pie no tropiece con ninguna piedra». Pero Jesús le respondió: «Está escrito: No tentarás al Señor, tu Dios». Una vez agotadas todas las formas de tentación, el demonio se alejó de él, hasta el momento oportuno.
Comentario
Cuaresma 2025
El miércoles de Cenizas, la Iglesia inició el sagrado tiempo de cuaresma, como preparación para la pascua. Cuaresma, significa cuarenta días, que imitan la cuarentena de Jesús en el desierto, disponiendo su ministerio público. Es un tiempo de gracia, penitencia y conversión. Por eso las vestiduras del sacerdote son de color morado, y la misma ornamentación la tiene la liturgia, y el templo se encuentra sin flores. La austeridad propia de este tiempo fuerte de la Iglesia, se reflejan en la ausencia de la antífona del Aleluia, la recitación o canto del gloria y la sencillez y sobriedad del canto.
Dejando los dos días de carnaval, palabra que traducida nos habla de caro vale, fuera la carne, la Iglesia llama, invita, convoca a tres practicas o medios espirituales clásicos de este tiempo: la oración, el ayuno y la limosna u obras de caridad, que son tres pilares inseparables en la vida cristiana, que ahora se intensifican y se ajustan más de acuerdo a la realidad de cada uno.
Es un tiempo de lucha interior, contra los tres famosos enemigos del alma: el mundo, el demonio y la carne, y un tiempo de escucha atenta a Dios que nos habla en su palabra.
La cuaresma concluye el jueves santo, con el inicio del triduo pascual, para luego celebrar la alegría de la resurrección del Señor, que este año festejamos el 20 de abril. Son siete domingos, donde el cuarto, se llama domingo laetare, el sexto es el domingo de Ramos y el posterior es la Pascua.
Las tentaciones hoy
El primer domingo de cuaresma la liturgia nos presenta la realidad de las tentaciones de Jesús en el desierto, como modelo, paradigma y resumen de todas las tentaciones de la vida.
Lleno del Espíritu Santo…fue conducido por el Espíritu al desierto. Jesús, el hijo de Dios, con la plenitud del Espíritu y guiado por El, se encuentra en el desierto, lugar bíblico, de oración y lucha con otro espíritu, el demonio, el padre de la mentira, ángel caído, que actúa en el mundo por odio contra Dios y su Reino en Jesucristo, para vencerlo y utilizar las herramientas que Él nos dejó en la lucha con el espíritu del mal.
Las tres conocidas tentaciones, que recapitulan las tentaciones de Adán en el paraíso y las de Israel en el desierto, son también las nuestras, resumidas con las tres pes: plata, poder y placer. Jesús responde con textos de la escritura: el hombre no vive solamente de pan…adoraras al Señor, tu Dios…no tentarás al Señor, tu Dios.
La tentación es una solicitación al pecado inducida por el demonio. Hay que distinguir como dice el catecismo entre prueba, necesaria para el crecimiento espiritual, en orden a la virtud, y tentación, que conduce al pecado y a la muerte. Entre ser tentado y consentir en la tentación. (Catecismo 2847). Por eso el Padre Nuestro dice no nos dejes caer en la tentación. Cuando vencemos, por la gracia de Dios es un mérito, cuando caemos, un pecado. Por la concupiscencia, deseo desordenado de placeres deshonestos, que está en nuestro interior, la tentación, nos puede llevar al pecado o al triunfo. Decía muy bien San Agustín:
«Nuestra vida, enseña, no puede verse libre de tentaciones; pues nuestro progreso se realiza por medio de la tentación y nadie puede conocerse a sí mismo si no es tentado, ni puede ser coronado si no ha vencido, ni puede vencer si no ha luchado». «Dichoso el varón que soporta la tentación porque, probado, recibirá la corona de la vida que el Señor prometió» (Sant 1,12).
El Santo Cura de Ars, afirmaba, que el demonio no quiere que el hombre se dé cuenta que está en pecado. Dice muy bien lo siguiente:
«Si preguntas a ese parroquiano de la taberna si el demonio lo tienta, te responderá que no, que nada le inquieta. Interroga a esa joven vanidosa cuáles son sus luchas, y te contestará riendo que no sostiene ninguna, ignorando totalmente en qué consiste ser tentado. Ésta es la tentación más espantosa de todas: no ser tentado; este es el estado de aquellos que el demonio guarda para el infierno. Me atreveré a decirles que se guarda bien de tentarlos ni atormentarlos acerca de su vida pasada, temiendo no abran los ojos ante sus pecados».
Los remedios contra la tentación
Anunciamos algunos: 1- Comparar la tentación o provocación al mal, con la palabra de Dios, que ya es una manera de desenmascarar al demonio, como lo hizo Jesús. 2- No dialogar con la tentación, así le sucedió a nuestros primeros padres en el paraíso, y ser firme en la respuesta. 3- Estar en gracia de Dios, fuertes en la fe, y sólidos en la doctrina de la Iglesia, o acercarse rápidamente a confesarse. 4- Acudir a la oración fervorosa, a la intercesión de la Virgen, los Ángeles y santos. 5- Participar en la celebración de la misa, de manera frecuente, comulgando con devoción. 6- Leer la Sagrada Escritura o algún libro espiritual. 7- Consultar con un director espiritual la marcha de la vida cristiana y seguir sus prudentes y buenos consejos. 8- Esmerarse en la práctica de la mortificación, penitencia o renuncias de la vida, en detalles pequeños y constantes- 9- Ejercitarse en las obras de misericordia con el prójimo, como visitar a los enfermos o ayudar a los más pobres. 10. Acercarse al sacramento de la confesión.
Las tentaciones no son solamente carnales, como a veces se reduce el uso de esta palabra, sino también hay tentaciones o provocaciones que desean llevarnos a cometer injusticias, idolatrías, mentiras, atentados contra la vida, infidelidades y otras más que dejamos al examen de los lectores de esta homilía.
Comenzamos la cuaresma. Sonó la campana de la Iglesia y todos queremos pedirle a Dios que nos acompañe en este camino, en este Éxodo, en esta marcha, hacia la Pascua, con un corazón purificado y apostólico, acercando a otros a la confesión, a la oración y a la Iglesia. Este va a ser como el mejor regalo para el Señor. Dios bendiga tu familia, tu trabajo y tu cuaresma.
Padre Luis Alberto Boccia. Cura Párroco. Parroquia Santa Rosa de Lima. Rosario.