Solemnidad de la Inmaculada Concepción de la Virgen María. 8 de Diciembre de 2020

Solemnidad de la Inmaculada Concepción de la Virgen María. Ciclo B. domingo 8 de diciembre de 2011

Gn 3, 9-15. 20                                      “Pondré enemistad entre tu linaje y el linaje de la mujer”

Ef 1, 3-6. 11-12                                    “Dios nos ha elegido en Cristo, antes de la creación del mundo”

Lc 1, 26-38                                           “¡Alégrate, llena de gracia, el Señor está contigo!”

Evangelio

En el sexto mes, el Ángel Gabriel fue enviado por Dios a una ciudad de Galilea, llamada Nazaret, a una virgen que estaba comprometida con un hombre perteneciente a la familia de David, llamado José. El nombre de la virgen era María. El Ángel entró en su casa y la saludó, diciendo: « ¡Alégrate!, llena de gracia, el Señor está contigo.» Al oír estas palabras, ella quedó desconcertada y se preguntaba qué podía significar ese saludo. Pero el Ángel le dijo: «No temas, María, porque Dios te ha favorecido. Concebirás y darás a luz un hijo, y le pondrás por nombre Jesús; él será grande y será llamado Hijo del Altísimo. El Señor Dios le dará el trono de David, su padre, reinará sobre la casa de Jacob para siempre y su reino no tendrá fin.» María dijo al Ángel: « ¿Cómo puede ser eso, si yo no tengo relaciones con ningún hombre?»

El Ángel le respondió: «El Espíritu Santo descenderá sobre ti y el poder del Altísimo te cubrirá con su sombra. Por eso el niño será Santo y será llamado Hijo de Dios. También tu parienta Isabel concibió un hijo a pesar de su vejez, y la que era considerada estéril, ya se encuentra en su sexto mes, porque no hay nada imposible para Dios.» María dijo entonces: «Yo soy la servidora del Señor, que se cumpla en mí lo que has dicho.» Y el Ángel se alejó.

Comentario

Sentido de la Fiesta de la Inmaculada

En países con tradición católica, se sigue celebrando, hasta ahora, la solemnidad de la Inmaculada Concepción de la Virgen María, el 8 de diciembre. En nuestra patria está unido con el feriado nacional para la administración pública, provincial y municipal, aunque no tanto para los estamentos privados.

Esta es una de las cuatro fiestas de precepto de la Iglesia en Argentina, junto con el 25 de diciembre, Navidad, el 1 de enero, María Madre de Dios y el 15 de agosto, la Asunción de la Virgen María en Cuerpo y Alma al cielo. También es costumbre celebrar la primera comunión en esta fecha o renovarla para este día. Muchos hacen memoria y agradecen a Dios el haber recibido a Jesús eucaristía por primera vez.

Esta fiesta expresa una realidad de Fe, una verdad que profesó desde siglos el pueblo de Dios, sobre la Santísima Virgen María. El papa Beato Pio IX, recogiendo el pedido de los Obispos y el sentir de los católicos, el 8 de diciembre de 1854,  con su autoridad e inspirado por el Espíritu Santo, lo declarará como dogma mariano

Nuestra limitada mente humana no hubiera descubierto este misterio de la Virgen María si Dios no lo revelaba. Las palabras que la teología va a elegir para nombrar esta verdad de nuestra fe, y este privilegio de Dios para quien sería la Madre de Jesús, son dos: inmaculada y concepción.

La palabra inmaculada, significa sin mácula, o sin mancha, es decir sin pecado, y desde el primer instante de su concepción, como dice la bula “Ineffabilis Deus” del mismo Papa, desde que se inicia la vida humana, donde Dios interviene infundiendo un alma inmortal.

En la vida nos encontramos con la realidad de las manchas, tanto en el cuerpo, como en la ropa, en los cuadernos, las mesas, como en algunos animales que tienen manchas negras. Los océanos a veces están manchados por el desparramo de petróleo. Pero también están manchadas nuestras almas, con nuestros pecados, seguidas por las manchas de tantas injusticias, corrupciones, y maldades  que estropean el tejido social de las comunidades y países.

En argentina todavía los niños juegan a la mancha o a la popa mancha, divertimento infantil que alguien era tocado quedaba atrapado o descalificado. Siguiendo esta referencia podemos decir que María no fue tocada por la mancha del pecado original, que arrastra la humanidad por la culpa de Adán y Eva, y que transmitieron a las generaciones. La primera lectura del libro del Génesis, relata las consecuencias del pecado de nuestros primeros padres, por eso se llama original, porque estuvo en el origen o génesis de la humanidad y es origen de otros pecados. Comienza la enemistad y la lucha contra el mal y el maligno: “Pondré enemistad entre ti y la mujer, entre tu linaje y el suyo. El te aplastará la cabeza y tú le acecharás el talón” (Gn 3, 15)

Este pasaje conocido como el proto o primer evangelio, la buena noticia de salvación, se cumplirá al llegar la plenitud de los tiempos. Por eso dirá el texto del pregón pascual: “Necesario fue el pecado de Adán, que ha sido borrado por la muerte de Cristo. Feliz culpa que mereció tal Redentor”.

El evangelio de la anunciación es como la otra cara del pasaje de Génesis. Si Adán y Eva, desobedecieron a Dios, el Fiat de Maria, el Sí de la Virgen, va a recomponer la desobediencia de Eva, y dará comienzo a una nueva etapa de Salvación, porque engendrará en su seno purísimo al esperado de las naciones.

Ya que no hay nada imposible para Dios, el pudo otorgar la maternidad a Isabel, en su ancianidad, como lo anunció el Ángel, y María engendrar a su Hijo, sin intervención de varón en su vientre virginal, también podía, preparar a Jesús, la mejor morada, haciéndola Inmaculada desde su concepción. Y así lo hizo.

Nosotros somos engendrados o concebidos con el pecado original. Pero por los méritos del Señor Jesús y el sacramento del bautismo, se borra o se limpia ese mancha y no la tenemos más, aunque si sus consecuencias, que son la inclinación al pecado. Escuchemos lo que dice el catecismo de la Iglesia Católica en el Nº 404  y 405

“Por eso el pecado original es llamado pecado de manera análoga; es un pecado contraído, no cometido,  un estado y no un acto… el pecado original no tiene, en ningún descendiente de Adán, un carácter de falta personal. Es la privación de la santidad y de la justicia originales, pero la naturaleza humana no está totalmente corrompida;  está herida en sus propias fuerzas naturales, sometida a la ignorancia, al sufrimiento y al imperio de la muerte e inclinada al pecado (esta inclinación al mal es llamada concupiscencia). El bautismo, dando la vida de la gracia de Cristo, borra el pecado original y devuelve al hombre a Dios, pero las consecuencias para la naturaleza, debilitada e inclinada al mal, persisten en el hombre y lo llaman al combate espiritual”

Llamados a la santidad

Dice San Pablo en la segunda lectura:

“Bendito sea Dios, el Padre de nuestro Señor Jesucristo, que nos ha bendecido en Cristo con toda clase de bienes espirituales en el cielo, y nos ha elegido en él, antes de la creación del mundo, para que fuéramos santos e irreprochables en su presencia, por el amor”

Dios nos quiere santos, es su sueño y nuestra misión, es su gracia y nuestra tarea cotidiana. María, es la llena de gracia, la santa, la que no tiene pecado. Así la saluda el Ángel, con su nuevo nombre; “Alégrate, llena de gracia”. Nosotros luchamos por vivir, pedir, perseverar, y morir en la gracia de Dios, pero en la Virgen Dios la colmo de gracia, la llenó de gracia, Así lo expresa el Padre Carbajal en su libro “Hablar con Dios”: “María fue exenta de todo pecado actual, no tuvo ninguna imperfección ni moral ni natural, no tuvo inclinación alguna desordenada, ni pudo padecer verdaderas tentaciones internas, no tenía pasiones desordenadas, no sufrió los efectos de la concupiscencia. Jamás estuvo sujeta al diablo en cosa alguna”.

En nuestro lenguaje popular la saludamos así: “Ave María Purísima. Sin pecado concebida”. La voz de los pensadores sonó con fuerza por boca de Duns Escoto, ahora Beato: “Potuit, Decuit, ergo Fecit” – pudo hacerla Inmaculada, porque es Dios; quiso hacerla Inmaculada porque es su madre; luego si pudo y quiso, María es Inmaculada”. Y de este argumento se hizo eco el pueblo cristiano en el siglo XVII con esa copla: “¿Quiso y no pudo? No es Dios. ¿Pudo y no quiso? No es Hijo. Digamos, pues, que pudo y quiso”.

Esta fiesta nos compromete y nos moviliza a agradecer la gracia de Dios, la belleza de que Dios por su amor pueda esta en nuestra alma, brillando como luz, y pudiendo recibirlo en la comunión, como María recibió a su hijo en su corazón por la fe y en su vientre por su Si o su Fiat. Pero también nos lleva a rechazar la fealdad del pecado, tanto grave o mortal como leve o venial.

Esta fiesta nos compromete también a anunciar el evangelio de la vida ante signos de una cultura de la muerte, donde afirmamos desde el sentido común y desde la ciencia médica, que la vida humana comienza desde la concepción. El mal llamado derecho al aborto es un sofisma, ya que no puede haber un derecho a matar al niño inocente por nacer. Es mejor decir, es un deber por la vida.

María es transparencia de Dios, toda de Dios. Dice el Papa Benedicto XVI, que el amor verdadero comienza por acercarse al otro. El amor es cercanía. Y cuando una persona más cerca está de Dios, más cerca esta de los hombres. Así María, es toda de Dios y toda de los hombres. Su belleza nos atrae y nos cautiva, como la belleza natural hacia una persona. Su rostro, sus ojos, graficados en hermosas imágenes o retratos al verla eleva nuestro espíritu, purifica nuestra mirada y enciende deseos de imitación.

Las fechas marianas jalonan la historia de la Iglesia. Como sucedió con el el Concilio Vaticano II, uno de los acontecimientos más importantes del siglo XX. Fue iniciado dentro de un marco Mariano, por San Juan XXIII , Papa, el 11 de octubre de 1962, en ese tiempo fiesta de María Madre de Dios y clausurado por el Papa San Pablo VI, el 8 de diciembre de 1965, solemnidad de la Inmaculada. María, esta siempre presente en su Iglesia

Que este año, donde se Clausura en Argentina el Año Mariano Nacional, por los 400 del hallazgo de la Virgen del Valle en Catamarca, dentro de esta pandemia mundial, María, Madre y peregrina de la Fe, sostenga nuestro camino. Que le demos gracias a Dios por habernos dado a su Madre Bendita. Personalmente agradezco que durante este día un 8 de diciembre de 1966, hace ya varios años recibí a Jesús, Dios con nosotros por primera vez en la hoy Basílica San Jose de Rosario

 

Padre Luis Alberto Boccia. Cura Párroco. Parroquia Santa Rosa de Lima. Mendoza 1381. Rosario