Domingo de Ramos. Ciclo B. domingo 28 de marzo de 2021

DOMINGO DE RAMOS. Ciclo «B». Domingo 28 de marzo 2021

Is 50, 4-7                                           “Ofrecí mi espalda a los que me golpeaban”

Fil 2, 6-11                                         “Se anonadó a sí mismo, tomando la condición de servidor”

Mc 14, 1-15-47                                “Verdaderamente este hombre, era Hijo de Dios”

Evangelio: (Mc 11, 1-10)

Cuando se aproximaban a Jerusalén, estando ya al pie del monte de los Olivos, cerca de Betfagé y de Betania, Jesús envió a dos de sus discípulos, diciéndoles: «Vayan al pueblo que está enfrente y, al entrar, encontrarán un asno atado, que nadie ha montado todavía. Desátenlo y tráiganlo; y si alguien les pregunta: «¿Qué están haciendo?», respondan: «El Señor lo necesita y lo va a devolver en seguida». Ellos fueron y encontraron un asno atado cerca de una puerta, en la calle, y lo desataron.  Algunos de los que estaban allí les preguntaron: «¿Qué hacen? ¿Por qué desatan ese asno?». Ellos respondieron como Jesús les había dicho y nadie los molestó. Entonces le llevaron el asno, pusieron sus mantos sobre él y Jesús se montó. Muchos extendían sus mantos sobre el camino; otros, lo cubrían con ramas que cortaban en el campo. Los que iban delante y los que seguían a Jesús, gritaban: «¡Hosana! ¡Bendito el que viene en nombre del Señor! ¡Bendito sea el Reino que ya viene, el Reino de nuestro padre David! ¡Hosana en las alturas!».

Pasión de nuestro Señor Jesucristo según san Marcos     15, 1-39. (Versión Breve)

¿Quieren que le ponga en libertad al rey de los judíos?

  1. En cuanto amaneció, los sumos sacerdotes se reunieron en Consejo con los ancianos, los escribas y todo el Sanedrín. Y después de atar a Jesús, lo llevaron y lo entregaron a Pilato. Este lo interrogó:
    S. «¿Tú eres el rey de los judíos?»
    C. Jesús le respondió:
    + «Tú lo dices.»
    C. Los sumos sacerdotes multiplicaban las acusaciones contra él. Pilato lo interrogó nuevamente:
    S. «¿No respondes nada? ¡Mira de todo lo que te acusan!»
    C. Pero Jesús ya no respondió a nada más, y esto dejó muy admirado a Pilato. En cada Fiesta, Pilato ponía en libertad a un preso, a elección del pueblo. Había en la cárcel uno llamado Barrabás, arrestado con otros revoltosos que habían cometido un homicidio durante la sedición. La multitud subió y comenzó a pedir el indulto acostumbrado. Pilato les dijo:
    S. «¿Quieren que les ponga en libertad al rey de los judíos?»
    C. El sabía, en efecto, que los sumos sacerdotes lo habían entregado por envidia. Pero los sumos sacerdotes incitaron a la multitud a pedir la libertad de Barrabás. Pilato continuó diciendo:
    S. «¿Qué debo hacer, entonces, con el que ustedes llaman rey de los judíos?»
    C. Ellos gritaron de nuevo:
    S. «¡Crucifícalo!»
    C. Pilato les dijo:
    S. «¿Qué mal ha hecho?»
    C. Pero ellos gritaban cada vez más fuerte:
    S. «¡Crucifícalo!»
    C. Pilato, para contentar a la multitud, les puso en libertad a Barrabás; y a Jesús, después de haberlo hecho azotar, lo entregó para que fuera crucificado.

Hicieron una corona de espinas y se la colocaron

  1. Los soldados lo llevaron dentro del palacio, al pretorio, y convocaron a toda la guardia. Lo vistieron con un manto de púrpura, hicieron una corona de espinas y se la colocaron. Y comenzaron a saludarlo:
    S. «¡Salud, rey de los judíos!»
    C. Y le golpeaban la cabeza con una caña, le escupían y, doblando la rodilla, le rendían homenaje. Después de haberse burlado de él, le quitaron el manto de púrpura y le pusieron de nuevo sus vestiduras. Luego lo hicieron salir para crucificarlo.

Condujeron a Jesús a un lugar llamado Gólgota y lo crucificaron

  1. Como pasaba por allí Simón de Cirene, padre de Alejandro y de Rufo, que regresaba del campo, lo obligaron a llevar la cruz de Jesús. Y condujeron a Jesús a un lugar llamado Gólgota, que significa: «lugar del Cráneo.»
    Le ofrecieron vino mezclado con mirra, pero él no lo tomó. Después lo crucificaron. Los soldados se repartieron sus vestiduras, sorteándolas para ver qué le tocaba a cada uno. Ya mediaba la mañana cuando lo crucificaron. La inscripción que indicaba la causa de su condena decía: «El rey de los judíos.» Con él crucificaron a dos ladrones, uno a su derecha y el otro a su izquierda.

Ha salvado a otros y no puede salvarse a sí mismo

  1. Los que pasaban lo insultaban, movían la cabeza y decían:
    S. ¡«Eh, tú, que destruyes el Templo y en tres días lo vuelves a edificar, sálvate a ti mismo y baja de la cruz!»
    C. De la misma manera, los sumos sacerdotes y los escribas se burlaban y decían entre sí:
    S. «¡Ha salvado a otros y no puede salvarse a sí mismo! Es el Mesías, el rey de Israel, ¡que baje ahora de la cruz, para que veamos y creamos!»
    C. También lo insultaban los que habían sido crucificados con Él.

Jesús, dando un gran grito expiró

  1. Al mediodía, se oscureció toda la tierra hasta las tres de la tarde; y a esa hora, Jesús exclamó en alta voz:
    + «Eloi, Eloi, lamá sabactani.»
    C. Que significa:
    + «Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado?»
    C. Algunos de los que se encontraban allí, al oírlo, dijeron:
    S. «Está llamando a Elías.»
    C. Uno corrió a mojar una esponja en vinagre y, poniéndola en la punta de una caña, le dio de beber, diciendo:
    S. «Vamos a ver si Elías viene a bajarlo.»
    C. Entonces Jesús, dando un gran grito, expiró.

Aquí todos se arrodillan, y se hace una breve pausa.

  1. El velo del Templo se rasgó en dos, de arriba abajo. Al verlo expirar así, el centurión que estaba frente a él, exclamó:
    S. «¡Verdaderamente, este hombre era Hijo de Dios!»

Comentario

El domingo de Ramos

La liturgia de la Iglesia Católica de este domingo, nos abre las puertas de la semana santa, con la celebración de la bendición de los Ramos, que generalmente se hace en un espacio o lugar fuera del templo, para recordar la entrada triunfal de Jesús en Jerusalén.

Este día se ha consagrado a partir del Papa Juan Pablo II, ahora Santo, como la jornada Mundial de la Juventud, recordando a los jóvenes que con ramos y palmas en las manos,  acompañaron como peregrinos a Jesús, a la ciudad Santa.

El Papa Benedicto XVI en un mensaje para esta jornada destaca los siguientes temas para meditar y compartir:

1- Nuestro corazón está hecho para la alegría. 2- Dios es la fuente de la verdadera alegría. 3- Conservar en el corazón la alegría cristiana. 4- La alegría está íntimamente unida al Amor. 5- La alegría de la conversión. 6- La alegría en las pruebas. 7- Testigos de la alegría

El Evangelio de este ciclo B, es el de San Marcos. El texto que se proclama para antes de la procesión destaca tres aspectos: 1. Jesús ingresa a Jerusalén como Mesías. El permite que se lo aclame y reconozca así. La gente recuerda también a Salomón, que ingresó de la misma manera. Pero un Mesías, que no comprenderá plenamente el pueblo. Es el Mesías que pasará por la tremenda pasión y la muerte en la cruz, como camino para la pascua. 2. Jesús esta subido a un asno. Este animal de carga, era prestado y nunca usado. Así se requería que para el culto el animal no fuera antes utilizado. Joven y fuerte este burrito, será el trono de este rey y Mesías, que comienza su peregrinación para celebrar el misterio cultual de su vida entregada hasta la sangre, por amor incondicional a la humanidad. 3- Jesús recibe la ovación de su pueblo. Con mantos y ramas, expresan su alegría, avivan al Señor, con cantos y exclamaciones de alabanzas: Hosanna, Bendito. Es una porción del pueblo de Israel, algunos que fueron bendecidos con los milagros del Señor,  y otros esperanzados en sus enseñanzas. Este ejercito de paz y alegría, siguen al Señor, sin otras armas que los ramos de olivos, el gozo y la esperanza.

Que la paz, el gozo y la esperanza, sean la fuerza para ingresar en la semana Santa, e introducirnos en los misterios centrales de la vida de Jesús, para llegar a la alegría de la Pascua.

La Pasión del Señor hoy

En forma repentina la liturgia de este domingo, nos hace pasar de la alegría de los Ramos, al drama de la pasión y muerte de Jesús, lectura que se volverá a anunciar, el Viernes Santo, pero según el evangelio de San Juan, para mostrar el modo que eligió el Señor para redimirnos, y el camino que los hombres eligieron para condenarlo.

Siete siglos antes, el profeta Isaías, describía la figura del siervo de Yahvé, el discípulo de Dios, como un anticipo del misterio de pasión de Jesús:

“Ofrecí mi espalda a los que me golpeaban y mis mejillas, a los que me arrancaban la barba; no retiré mi rostro cuando me ultrajaban y escupían. Pero el Señor viene en mi ayuda”

También el Salmo 21, que recitará el Señor en la cruz, presenta también los sufrimientos padecidos:

“Taladran mis manos y mis pies. Yo puedo contar todos mis huesos. Se reparten entre sí mi ropa y sortean mi túnica. Pero Tú, Señor, no te quedes lejos; Tú que eres mi fuerza, ven pronto a socorrerme”.

El evangelio busca ensamblar los anuncios sobre el Mesías sufriente del Antiguo Testamento, con la persona de Jesús, que dará plenitud a su cumplimiento.

En el drama de la pasión aparece una doble realidad: Por un lado, el pecado de los hombres, que tiene distintas caras y rostros, la injusticia del juicio, la traición, la humillación, la crueldad, la burla y el desprecio, la envidia, que encargan distintos personajes. Por otro lado, el amor del Señor, que se manifiesta en distintos rasgos,  su paciencia, su silencio, su entereza, su perdón, su súplica, su misericordia.

El final de este evangelio, es como la meta y la clave de esta semana Santa. Es la respuesta del centurión romano, que simboliza a los pueblos paganos que se convertirán a la fe:

“¡Verdaderamente este hombre era el Hijo de Dios!”

Detrás de este misterio de amor y de compasión, se esconde el sentido de este día. Jesús, es verdaderamente el Hijo de Dios, Dios con nosotros, Dios hecho hombre. Y miremos lo que hemos hecho con El.

El drama del pecado, esta presente en la vida del Señor y en la historia del mundo. Tomar conciencia del pecado, es el desafío de la catequesis de la Iglesia. Dice la carta a los Hebreos, que el pecado es renovar la crucifixión del Señor:

“Y a pesar de todo recayeron, es imposible renovarlos otra vez elevándolos a la conversión, ya que ellos por su cuenta vuelven a crucificar al Hijo de Dios y lo exponen a la burla de todos”

El fruto de la contemplación de estos días especiales de gracia, es la conversión, la renuncia al pecado, y el don de crecer en el amor de Dios y de los hermanos.

En algunos será volver al sacramento de la confesión y empezar de nuevo, en otros en olvidar una ofensa, en intentar la reconciliación, en mejorar el mal carácter, en ser más generoso en las limosnas, en cuidar detalles de caridad con el prójimo.

Cuando nos arrodillamos al concluir el relato de la pasión, no solo es un gesto litúrgico sino también una forma de entrar a la semana santa, con oración y perdón.

La grandeza de Jesús, esta en su humillación. Por eso la pasión de Jesús no termina. Está hoy también en mucha gente, que padece injusticias y maldades. Esta en la Iglesia, que sufre el desprestigio, la persecución, la burla, la intolerancia, el rencor. Esta en nosotros, en la historia, en el mundo. Pero la pasión, conduce y lleva a mirar la resurrección y la vida, al domingo sin ocaso.

Que sigamos a Jesús con perseverancia y humildad, como Iglesia renovada y entregada a la Evangelización, para que esta SEMANA SANTA NOS HAGA UN POCO MAS SANTO.

Padre Luis Alberto Boccia. Cura Párroco. Parroquia Santa Rosa de Lima. Rosario